miércoles, noviembre 09, 2005

¡Han matado a una artista!

Ayer o el día anterior fué asesinada brutalmente la pianista Dorothy de Áscoli dentro de su vivienda. Siempre es una absoluta tragedia la muerte de cualquier persona a manos de otra, porque simplemente es un sinsentido privarle la vida a algún congénere. Y es trágico para mí abrir el diario todos los días encontrándome con tantas vidas terminadas antes de su tiempo. Pero me acongoja más, me duele en una lejana tristeza cuando se trata de una artista.
Siempre son seres más sensibles que el resto de nosotros, son parte de un viento que va más lejos. Se pasean por nuevos lugares inventando canciones nunca antes cantadas y en sus ojos se reflejan los colores aún no inventados. Y navegan... sobre todo navegan. La ironía es que el bruto, seguramente sin advertirlo, utilizó para satisfacer su estúpida avaricia, una obra de arte. La escultura del ángel quedó manchada con la sangre. Que emblemático: ángel, escultura, sangre, artista. Una artista asesinada con arte. Y peor aún, nos damos cuenta que el ser humano aún es capaz de encontrar en una obra de arte, esculpida para entender la vida, la potencialidad de arma para terminar una vida.
Estoy triste y abatido porque ha muerto una artista, que seguramente será recordada con su nombre en una sala de conciertos o en algún local artístico, pero que tuvo que abandonar este mundo empujada por el salvajismo violento. Si existe algo del otro lado, espero sinceramente que esté "in pace".

1 comentario:

elpatojo dijo...

Lindo tributo de tu parte.
Éste es un país brutal (de brutos).
Salud!