jueves, noviembre 03, 2005

Encuentro

En un bar cualquiera encontre una cara barbuda y canosa que juraba por su memoria fotográfica conocerme. Su esposa, no muy segura, pero canosa también, respondió con desconfianza a mis intentos de aparentar no estar pasado de copas. Las mujeres saben mas de lo que imaginamos. Esta no se tragó el señuelo de que estaba sobrio. El caballero barbado con una copa de vino blanco en su mano fué mas ingenuo. No los conocía, era obvio.
Después un cliente regular me confundió por tercera vez con un tal Cindy, que claramente no era yo. Al parecer soy una cara repetida en esta ciudad. Mala suerte para esta ciudad.

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