sábado, septiembre 01, 2007

Conciertología comparada


Cuando me llamaron ayer para decirme que nos tenían entradas de cortesía para el concierto de "Ministry of Sound" me quedé de una pieza. No fué necesariamente de emoción; comencé a buscar razones para no ir, pero para cuando terminó la conversación telefónica ya tenía acordados el lugar de encuentro y la hora. Espiritualmente estaba abatido, pero logré llegar armado de mi mejor disposición y apertura mental.
El hangar retumbaba, vetustos aeroplanos de la fuerza aérea flanqueaban el lugar. Adentro una gigantesca discoteca plenamente montada; bar, pantallas gigantes y area VIP incluídas. Aunque no me gusta el género, respeto el fuerte movimiento electrónico del país. Continuamente se trae gente importante de afuera y son muchos los que auténticamente escuchan y viven éste género. Sin embargo, de un tiempo para acá, la música electrónica ha dejado de ser un movimiento "underground" (salvo algunas fiestas a las que asisten, me imagino, los verdaderos seguidores) para convertirse en el ritmo al que se mueven los estratos más altos de la sociedad (los precios para acceder a los eventos más grandes lo demuestran).
A lo que me quiero referir es a la sensación que me produjo ver algunas escenas adentro del concierto. Por supuesto casi todos estaban muy "fashion", muy "inn". Lo cual supongo que no es necesariamente tan malo, de no ser porque la actitud para cualquier movimiento, baile y mirada me parecian todas iguales. De alguna forma, era como ver personas disfrazadas de alguien mas, aburridos robots sin personalidad propia o en el mejor de los casos, oprimida y aplastada por presiones sociales. Todo para no ser tachado y poder ser incluído alegremente en los círculos de la élite.
Últimamente asisto cada vez que puedo a los eventos de reggae, otro movimiento que está creciendo, pero afortunadamente en otra dirección. Mientras intentaba entender el ritmo dentro del hangar recordé el ambiente mucho más relajado, menos conflictivo y más de paz que viví en los conciertos de Iguana, Dubvolution, Wanakamau o Cultura Profética. Y la mayoría d las personas parecen más auténticas y respetuosas. Supongo que cada quien escoge en que ambiente se siente mejor, pero de momento yo me quedo con los lugares en los que puedo soñar con una Guate mejor, de más paz, menos discriminación y más respeto.

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