miércoles, septiembre 12, 2007

Complicaciones de vuelo


La flamante nueva empresa del Vaticano, una aerolínea católica, está surcando los cielos desde la última semana de agosto; llevando el amarillo y blanco a nuevas alturas, transportando fieles a los principales sitios europeos de peregrinación y... cobrándoles por supuesto. El primer vuelo partió desde el aeropuerto romano de Fiumicino con rumbo a Lourdes el 28 de agosto. Pronto se inaugrarán los vuelos a Fátima y Santiago de Compostela con posibilidad de extenderse después a Jerusalén y Ciudad de México.

No obstante y de acuerdo a las autoridades francesas, los afortunados fieles católicos que viajaron en éste primer vuelo, abordo de un Boeing 737, no estaban a su regreso lo suficientemente bendecidos ni protegidos por la virgen que acababan de visitar, ya que los obligaron a cumplir con las normas antiterroristas vigentes para cualquier vuelo comercial. Sólo se permitió que cada pasajero llevara consigo 100 ml de agua bendita de regreso a casa, el equivalente a un frasco de perfume. Como quien dice una nada, considerando que en sitios como www.lourdes-water.org el litro de agua bendita se anda cotizando en $134.16. Está de más decir que algunos fieles optaron por beberse el sagrado líquido antes que derramarlo en un sitio tan profano como un aeropuerto.

Es de todos conocido que miles de católicos abandonan el catolicismo cada día para convertirse a alguna de las sectas protestantes, muy dadas de por si al marketing, al servicio al cliente y sobre todo a sacarle plata a los creyentes. Estoy casi seguro que algún cristiano estará convencido que he sido víctima de los malos pensamientos, pero para mí es bastante obvio que ésto ya se está convirtiéndo en una cuestión de posicionamiento y mercadeo para atraer clientes más que de cuestiones religiosas.

Al parecer, la iglesia católica ya se dió cuenta que los protestantes les están ganando la batalla, y lo que es peor, les están privando de los fondos que los fieles generosa, gustosa e ilusamente dan en diezmo. Así las cosas, no puede uno quedarse de brazos cruzados. Hay que dar batalla, sin usar las mismas tácticas del oponente, para agenciarse de fondos. Está claro que ésta batalla no se ganará si uno no tiene un centavo en el bolsillo.

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