domingo, marzo 29, 2009

Vicky Cristina Barcelona


Recién terminamos de ver Vicky Cristina Barcelona en versión pirata. Si bien es cierto que la peli nos logró enganchar y entretener durante la hora y media que duró, no me veo recordando una conversación, frase o escena en particular en el mediano plazo. Y menos con mi mala memoria.
Es una película fácil de ver, sin pretensiones ni complicaciones; al final, una obra que busca entretener contando una historia pero sin provocar, confrontar, agitar y sin proponer ideas nuevas. Podríamos decir que es la fórmula más básica del showbiz.

Cualquier ciudad hubiera querido ser parte  de VCB. Barcelona y Oviedo son dos actrices mas en el elenco y ni la oficina de turismo de España lograría la promoción que la película les hace, al menos en los espectadores que la vimos. Todas las locaciones elegidas nos sugieren e invitan a visitar España para deleitarnos con el buen comer y el buen beber en una ciudad colmada de arte, fiestas y buen clima. Y de hecho así lo ha de ser para aquellos supra-mortales con la capacidad económica para mantener ése tren de vida por meses, tal y como lo hacen los protagonistas. En otras calles y películas encontraremos los barrios marginales, la inmigración y las difícultades, pero ésta nos propone vivir al mejor estilo jet-set ( al menos para nuestros estándares centroamericanos).

Quizás la crítica más visible que hace Woody Allen sea hacia lo aburridos que resultan, incluso para él, los norteamericanos. En todo el trayecto se comparan dos culturas. Un estilo de vida intenso y lleno de placeres, amor, cultura y naturaleza versus la superficialidad de los estadounidenses, interesados en la tecnología más que en vivir, apegados a una moralidad arcaica en contraposición con la libertad de vivir sin restricciones. Mientras los gringos viven el amor encerrados en moldes, tristes y decepcionados, los españoles desbordan sensualidad y llevan la pasión a los límites violentos de las balas.
Ni siquiera Cristina puede con la vorágine del amor "a la española". Su alma libre y bohemia termina regresando a los Estados Unidos después de su experiencia en Barcelona. Bueno, vale decir que la relación que escoge llevar tampoco es un ejemplo de normalidad, pero una película es como una caricatura que exagera los detalles.

Al final, la película pasa y está bien. No es para ser favorita, no es para arrepentirse tampoco. A mi parecer tampoco está para premios, pero éso se lo dejo a los que los dan. Recomendable para verla en pareja o con amigos y comentarla después durante la cena.

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