martes, marzo 24, 2009

Educación satelital


Hace dos días, mientras caminaba intentando darle orden y coherencia a algunas ideas que asediaban mi cabeza, pasé al lado de una conversación entre un estudiante y su catedrática universitaria. Aunque sólo escuché tres o cuatro frases que se intercambiaron, creí notar un pobre léxico y una vulgar manera de hablar. No de parte del estudiante, sino de la catedrática. Ése suceso le disparó varias ideas a mi ya de por sí confundida testa. Aún con todo, logré amarrar un par de ideas que valdría la pena anotar.
Cualquiera de nosotros que haya tenido la suerte o desgracia de asistir a la Universidad, habrá logrado identificar en algún momento a un/una catedrático/a que a nuestro entender no es digno de el grado académico que ostenta. Por ejemplo yo me he interrogado en más de una ocasión: "¿cómo coños puede éste ser doctor?" o "¿cómo puede ésta estar dándo clases?".
El caso es que independientemente de que lo querramos o no, nos importe o no, estemos de acuerdo o no, preguntas como las mías se generan en muchas cabezas todos los días. Es innegable que la inmensa mayoría de las personas aspiran a un título universitario y lo convierten en una meta obligada. Tampoco se puede negar que en ésta sociedad se juzga y se valora grandemente a las personas por el/los títulos que puedan éstas poseer.
Aparte de que ésto último es bastante debatible, a mí a lo que me impulsa es a contar otra anécdota ocurrida hace no mucho en la casa del Meme. Coincidí con un ex compañero de colegio, que después de regañarme por no haber obtenido aún el cartón procedió a tirar al suelo basura que generaba en ése preciso momento mientras se ufanaba de sus tres o cuatro maetrías. El choque que ésto me provocó fué violento.
Atando tres o cuatro cabos imaginariamente después de éstas cavilaciones llegué a la conclusión de que lo menos que puede esperarse de una persona con una licenciatura o grado superior, es un poco de lo que llamo educación satelital. Un poco de educación que no se enseña en la Universidad pero que moralmente debería ser indispensable. Cosas como no tirar basura en la calle, aprender a hacer una fila, manejar como una persona medianamente civilizada, tener un poco de cultura general, poseer un léxico superior a un niño de sexto primaria y no uno inferior, oponerse al creacionismo ya sería mucho pedir, no ser machista y muchas otras sutiles formas de comportarse y de pensar que harían coherente a la persona con el grado académico. Lo lamentable es que hay un porcentaje bastante alto de profesionales que no cumple con éstas demandas.
De cualquier manera, mientras más pasa el tiempo, más me doy cuenta que lo realmente importante en la vida (o por lo menos en la mía) no es tanto un cartón. Yo prefiero aprender a vivir, a reir, a compartir, el amor, los amigos y las infinitas posibilidades que nos ofrecen la gente que está a nuestro alrededor y que muchas veces nos quieren.

No hay comentarios.: