Acercó su hocico a la suela del zapato y percibió lugares distantes. Después de unos segundos trepó al sofá y se echó al lado de él formando un pequeño ovillo triste; y pensó en ella. Ninguno de los dos se precató de la uniformidad de sus pensamientos.
1 comentario:
Bueno, bueno... Me da pena dejar solo buenos comentarios pensaras que te estoy adulando pero no puedo evitarlo.
Publicar un comentario