jueves, febrero 17, 2011

Labiolibélulas


Dos libélulas trémulas, tus labios. Depositadas por un poder antiguo y lejano, empapadas en néctar sagrado; mojadas por el vino traslúcido y espeso.
Tierras fértiles sinuosamente labradas, caprichosamente moldeadas, seductoramente torneadas. Fruto maduro, carnoso, tropical.
Tu libélula inferior sirve de alféizar para tus palabras –bellamente escogidas- y en ella descansan antes de su viaje nocturno hasta el momento preciso, cuando llegan a mi oído de concha marina, donde retumban como olas hasta hacerme desfallecer en ese instante en que muero un poco. Como dos cobras en danza gravitatoria, hipnotizadas e hipnotizantes, me envuelven en la celosía del deseo irrefrenable, se lanzan contra mí, libélulas asesinas -¡oh, dulce muerte! - hasta caer de rodillas, indefenso y feliz de estar indefenso, a merced de la violencia del momento –lo sé, también tu caes- volando juntos, tus libélulas y yo, hasta el dulce infierno del deseo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero que hermoso y erótico!! exquisito!

Gora dijo...

¡Gracias Nova! que bueno que regreses de vez en cuando aunque ya no escriba tanto.