jueves, septiembre 08, 2005

Servicio de peluquería

Siendo un ciudadano normal, a veces solicito los servicios de personas especializadas en su propio arte. Desde hace una semana necesitaba un corte de pelo y como es normal, acudí a la peluquería.
El problema con Marvin, ese es mi peluquero, es su declarada afición a ahogar sus neuronas con cualquier líquido etílico que se le ponga enfrente. Así las cosas, cuando decide que ya es tiempo de olvidar sus problemas, se somete a sí mismo a semanas enteras en las que concentra todas sus energías y todo su presupuesto al efecto. Por eso no lo encontré esta vez. Regresé dos días después y todavía no regresaba. Tuve que ir a una peluquería especializada en niños que me quedaba muy cerca de casa. No me gustó el corte y me dió pena pedir el Nintendo. Así que ni me entretuve y salí algo frustrado.

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