Abrimos las ventanas.
Desde lo alto advertimos un mundo inundado
y mientras nos envolvía un aire cálido
los vimos nadando en caravana subacuática.
Desde lo alto advertimos un mundo inundado
y mientras nos envolvía un aire cálido
los vimos nadando en caravana subacuática.
El agua que vemos es salada, acaso lágrimas, pero no hay miedo. Absortos observamos, yo a tu lado, tú quizás al lado mío, la fina piel del antebrazo que me roza, ahora el hombro, noto que lo llevas descubierto.
*Deliro*
El bebé elefante parece que se ha ahogado y te asustas; a mí lo que me preocupa es que estés triste. La madre ahora llega a ayudarlo, no está muerto, solo está cansado. Aplaudes y ríes. Me dices que quieres un elefante, yo sé que quieres el mundo entero.
Cierro los ojos y siento la fina brisa marina en el rostro, un aire de agua y sal que se lleva éste sueño hasta alguna región de la memoria. Y te recuerdo y siento un mundo inundado en los ojos... y elefantes que lo nadan.
Cierro los ojos y siento la fina brisa marina en el rostro, un aire de agua y sal que se lleva éste sueño hasta alguna región de la memoria. Y te recuerdo y siento un mundo inundado en los ojos... y elefantes que lo nadan.