
Profundo en las entrañas de la esfera
se engendran los sueños que atormentan
Viajan desde las tormentas del mar de fuego
en adamantinos y crueles oleajes
En las extrañas tierras de los páramos nublosos
nadie es amo, nadie controla
la voluntad se vaporiza,
y el entendimiento se esconde
Despertar de un mal sueño, amigos míos
es retomar las propias velas,
digerir las palabras oscuras
después de conversar con tus demonios
Pero llega el día aciago y del éter gris
en que los señores de los sueños te visitan
con sus capas negras y velos pozoñosos
en tu peor momento de debilidad
¡No dejeis de remar!
Tan sólo escuchen,
mis palabras son sólo un lamento
no son presagios ni premoniciones
Cuando la visita termina y la bruma se dispersa
no hay amanecer ni despertar
la luz del sol no abriga ni calienta
la soledad y el vacío son tu única compañía
Compañeros, pronto llegaremos a puerto
permaneced atentos y vigilantes
no hay señales que lo anticipen
pero algún día también os pueden visitar