jueves, octubre 28, 2010


Sonidos. El llanto de un niño caminando por la calle, la escoba arrastrándose con premura en pasos cortitos, el motor tercermundista de un camión agotado que hace vibrar los cristales de las ventanas, una sirena distante. Toda la vida ha sido igual.
A veces estoy sentado en mi casa, me percato de las voces del mundo allá afuera y me pregunto que hago acá mientras todo pasa afuera. Pero después salgo y me doy cuenta que mi deseo último y soberano es poder regresar vivo y entero para pelearme con mi gata y, con suerte, meterme a la cama contigo y sobarte la panza.