lunes, octubre 05, 2009

Cubîle


Una cama de ardiente rojo
y en ella yo
atravesado por doce dardos;
uno por cada habitación del año

Una figura herida
y sobre ella vos, cabalgándola.
Ofreciendome tus copas de marfil
colmadas de hidromiel y sangre

Éste lecho se llama Janto
y sus crines anhelan ser de lino
Yo cabalgo en espirales
descendiendo hasta la dulce oscuridad;
hasta los dorados terrores.

Mi colchón es bestia y tálamo.
El tiempo en él se suspende
y transita siempre a su antojo.
En mi cama
las horas siempre son rojas